Al revisar los libros de historia hay pocas temporadas que terminaron modeladas para ser contadas como una película de Hollywood.
Los Tigers de LSU consiguieron anoche su cuarto título nacional de futbol americano universitario al vencer 42-25 a Clemson.
Guiados por el talento del ganador del Heisman, Joe Burrow, LSU exhibió a nivel nacional y en horario estelar el vértigo de una ofensiva llena de talento en su cuerpo de receptores, incluido Thaddeus Moss, hijo del receptor del Salón de la Fama Randy Moss.
Burrow se despidió de su etapa colegial con 463 yardas y con cinco pases de touchdown que lo impulsaron para romper el récord de más enviós a las diagonales en una temporada (60), que le pertenecía a Colt Brennan (59) de Hawai. A partir de septiembre, Burrow jugará los domingos y es casi imposible que los Bengals no lo tomen en el Draft al tener la primera seleción global. Ja’Marr Chase y Moss capturaron dos pases de anotación cada uno.
Clemson, que arribó al Superdome como campeón de la NCAA, peleó en los primeros dos periodos pero no pudo soportar el ritmo de LSU, que esta campaña promedió 564 yardas por partido, el mejor de la nación.
Con experiencia en finales colegiales, el pasador de Clemson, Trevor Lawrence no consiguió ningún touchdown por aire y su actuación fue limitada a 234 yardas.
LSU se convirtió en el primer sembrado en el formato de Playoffs en consagrarse como campeón nacinal y Burrow en el décimo sexto Heisman con título.