Pierre Paganini, nacido en Zúrich hace 63 años, se recibió como profesor de educación física con el deseo de trabajar en equipos de futbol y en el mundo del atletismo, pero en 1985 comenzó su tarea en el centro nacional de tenis de la federación suiza.
Impulsó proyectos para la promoción de juniors, se convirtió en el preparador físico de Marc Rosset [Nº 9 en 1995] y de la búlgara Magdalena Maleeva [4ª en 1996], hasta que un día conoció a un muchacho de 14 años, Roger Federer, y trabajó durante su formación.
En 2000, el tenista suizo le propuso unirse a su equipo personal y, desde entonces, Paganini es una pieza clave de su maquinaria.
El PF fue, durante este período de inactividad del actual número 5, fundamental.
A pocos días del retorno de Roger (el 8 de marzo, en el ATP de Doha), Paganini advirtió: «Los músculos de Roger se deterioraron considerablemente».
Ausente en el circuito desde las semifinales del Abierto de Australia 2020, Federer, de 39 años, reaparecerá dentro de 11 días, pero su preparación fue más compleja que lo esperado. «Esta rodilla [la derecha] le había estado causando problemas durante varios años.
Pero podría tenerlos bajo control, con una planificación adaptada y ejercicios específicos», declaró Paganini en una entrevista con el periodista Rene Stauffer (del diario suizo Tages-Anzeiger), especialista en el circuito y biógrafo de Federer.
«Él y todo el equipo habían estado trabajando en ello durante mucho tiempo. Roger siempre ve las cosas de manera positiva. Y mientras pudiera jugar y entrenarse libremente, eso tampoco fue un gran problema. Cuando él lo hizo y decidió operarse, asumió la responsabilidad».
No es la primera vez que el ganador de 20 trofeos de Grand Slam se ve afectado por problemas físicos: se perdió la segunda mitad de la temporada 2016 por problemas en la misma rodilla. Pero esta vez el proceso de recuperación fue más dificultoso.
«La gran diferencia con respecto a 2016 es que cuando se tomó un descanso después de Wimbledon, sus músculos siempre estuvieron ahí. Ahora tuvimos una ruptura total donde los músculos se deterioraron considerablemente.
Pasó mucho tiempo entre la primera operación y la época de julio [cuando tuvo la segunda]. Sus músculos ya no estaban en las mismas condiciones, los desequilibrios eran extremos.
Sus músculos ya no podían trabajar de inmediato y necesitaban más tiempo de recuperación. Hacia principios de octubre, comenzamos capacitando en el nivel más bajo.
Intentamos desde el principio incorporar aspectos de coordinación en la estructura», detalló Paganini.
El 8 de agosto próximo, Federer cumplirá 40 años y la exigencia del circuito es cada vez más grande.
«Los oponentes son fuertes, el tenis es cada vez más fuerte», opinó el preparador físico, que también es uno de los hombres de confianza Stan Wawrinka.
Y añadió: «Se entrena prácticamente con normalidad.
Si pudieras verlo dirías ‘no está lesionado, todo está bien’. Pero no debemos olvidar que sólo cuando todas las etapas están terminadas comienza a funcionar la reactividad.
Esto es muy importante en el tenis.
Hemos estado trabajando en eso durante mucho tiempo y es ahí donde se puede ver si el rompecabezas funciona, en todas sus variantes. Ahí es donde estamos ahora.
Esto es bueno para él porque se necesitó una increíble cantidad de paciencia para llegar a este punto».