El equipo de la Estrella Solitaria volvió a caerse del caballo, o mejor dicho, no se ha podido subir desde hace tres semanas al caer anoche 24-31 con los Bears.
En su visita a la Ciudad de los Vientos, Dallas volvió a exhibir que la era Jason Garrett debió terminar hace tiempo. Dentro y fuera del campo, los Cowboys son un equipo sin líder, sin un capitán que se anime a gritar y alentar. No tienen ni esperanzas.
A pesar de iniciar ganando el partido con una serie ofensiva que consumó 17 jugadas para 75 yardas, con touchdown de Ezekiel Elliot, de nada sirvió.
Por primera vez en la campaña los Cowboys tiene récord perdedor, pero ni eso provocará que pierdan el liderato del Este de la Conferencia Nacional, al menos hasta la próxima campaña.
Con muchas posibilidades de alcanzar la postemporada, hasta con marca por debajo de .500, debería existir un reglamento que eliminara a Dallas tan sólo por el hecho de perder con Chicago.
Mitchell Trubisky lanzó 244 yardas y tres pases de anotación. Además, el quarterback de los Bears consiguió entrar a las diagonales en un acarreo de 23 yardas que lo hizo parecer Lamar Jackson.
Dak Prescott debería estar preocupado por su futuro, pues con actuaciones como la de ayer es muy probable que el equipo no le dé el contrato con muchos ceros que pretende.