Los planes para la ceremonia de trofeos se están ultimando. Los jugadores empiezan a enviar a casa sus pertenencias, porque el cierre de la burbuja es inminente. Las habitaciones del hotel, durante los próximos días, serán ocupadas por gente normal que buscará entrar a alguna atracción de Disney.
Para LeBron James y los Lakers de Los Ángeles, el escenario está listo. Primera oportunidad para cumplir la promesa hecha a Kobe Bryant. Las Finales de la NBA —y la temporada más larga en la historia, que se extendió cuatro meses y medio por la pandemia de coronavirus— podrían terminar esta noche, cuando se juegue el quinto partido de la serie. Los californianos tienen ventaja de 3-1 sobre el Heat de Miami.
Los campeones del Este buscan extenderlo todo a un sexto partido, que se jugaría el domingo. El Rey, por su parte, quiere su cuarto anillo de monarca y ganar aún más respeto por parte de la afición en Los Ángeles.
“Lo que he aprendido siendo un Laker es que a los aficionados de este equipo les importa un comino lo que hayas hecho antes”, dijo la superestrella. “No les importa tu currículum. Tienes que ser campeón aquí”.
James tiene marca de 3-0 en partidos en los que si triunfa, se corona, además de que las ventajas de 3-1 casi siempre significan el título. La excepción se dio en 2016, cuando LeBron hizo que Cleveland se levantara, tras ir abajo 1-3 en contra del poderoso Golden State. El Heat sabe que tiene todo en contra, pero así ha sido durante buena parte de la temporada, así que no le molesta mucho su posición actual.