El anhelo de una nueva California gloriosa llega con LeBron James. El contrato de 154 millones de dólares por cuatro años para El Rey, le permite a los Lakers de Los Ángeles armar un equipo suficientemente fuerte para competir.
El cuatro veces ganador del Jugador Más Valioso de la NBA no se hubiera mudado a la costa Oeste sin la garantía de que la quinteta pueda pelear por algo para la siguiente temporada.
James todavía no firma con los Lakers —lo hará el viernes—, pero Earvin Magic Johnson, presidente de operaciones de la franquicia, se encargó de convencerlo y ya trajo a otras piezas que pueden funcionar para acompañar a la nueva estrella en Hollywood.
Javale McGee y Lance Stephenson también estarán en Los Ángeles para el arranque de la nueva temporada. Y ayer se anunció la llegada de Rajon Rondo.
Después de cinco años sin Playoffs y fuera de los mejores 10 equipos de la Conferencia del Oeste, los Lakers tenían la urgencia de despertar. Los fracasos ya no se tolerarán.
El mercado sigue abierto en la NBA y los californianos están dispuestos a firmar más contratos. Clint Capela, de los Rockets de Houston, puede ser el nuevo jugador en unirse a James. Kawhi Leonard, quien sufrió una lesión en los cuádriceps que lo alejó la mayor parte de la campaña pasada, sigue como una apuesta para el joven entrenador Luke Walton.
Los nuevos Lakers tendrán que acomodarse con las cartas seguras del coach, como Kyle Kuzma y Brandon Ingram. Además de aplicar a Lonzo Ball, quien no cumplió las expectativas durante su año como novato sensación.
Así como LeBron resistirá toda la presión del equipo sobre sus hombros, la franquicia intentará mantenerlo contento con las piezas que le dará. James llega con ocho Finales de NBA disputadas de manera consecutiva y con hambre de más anillos de campeonato.