De entre todos los involucrados en el Super Bowl del 2 de febrero, múltiples voces dentro y fuera de la liga coinciden en que no hay nadie que merezca más levantar el trofeo Vince Lombardi que Andy Reid, entrenador en jefe de los Chiefs de Kansas City.
Reid quien temporada a temporada pavimenta el camino para llegar al Salón de la Fama, es visto por muchos de sus jugadores más como un padre que como su head coach.
Y es que a lo largo de su vida, Reid se ha dado a conocer cómo un hombre que otorga segundas oportunidades pues en tiendo que todos los seres humanos fallan.
A Reid le tocó hace poco menos de ocho años con la mayor tragedia que ha sufrido su familia cuando el 5 de agosto de 2012, su hijo mayor Garrett fue encontrado muerto en su dormitorio en el sitio de entrenamiento del equipo en Bethlehem, Pensilvania, después de una vida problemática que incluyó una lucha con el uso de drogas y períodos de prisión.
Garrett, de 29 años, no pudo ser revivido cuando la policía respondió a una llamada. Murió por una sobredosis de heroína.
Los problemos personales de su hijo habían pesado mucho sobre Reid y habían estado entrelazadas con su trabajo durante al menos cinco años. En 2007, tomó un permiso de ausencia de cinco semanas de los Eagles, inusual en un mundo donde los entrenadores anuncian con orgullo que duermen en sus oficinas, y acompañó a Garrett a un centro de rehabilitación de drogas después de que Garrett admitió que había usado heroína antes de causar un accidente automovilístico. eso envió a una mujer a un hospital.
El día del accidente de Garrett, su hermano menor Britt apuntó con un arma a otro automovilista durante un incidente de furia en la carretera, y se encontraron drogas en su automóvil. Ambos Reids eventualmente pasaron tiempo en prisión.
La segunda oportunidad que en ese momento la vida le dio a sus hijos, Andy la tomó como una filosofía.
El 2 de febrero Andy estará en su segundo Super Bowl como entrenador en jefe, honrando en ese viaje la memoria de su hijo Garrett y con el apoyo de muchos jugadores y exjugadores que ven al head coach de Chiefs como un segundo padre.