El Universal
Uno de los dirigentes más influyentes en el movimiento olímpico en el continente falleció ayer, a la edad de 82 años. Mario Vázquez Raña dedicó medio siglo de su existencia a la dirección del deporte mexicano e internacional, desde diversos puestos.
En sus años de esplendor, el dirigente marcó una era, en la que se le conoció como uno de los cuatro latinos, un grupo conformado por el español Juan Antonio Samaranch, que presidió el Comité Olímpico Internacional (COI) durante 21 años; el brasileño Joao Havelange, al frente de la FIFA por 24 años; y el italiano Primo Nebiolo, con 18 años como máximo dirigente de entonces Federación Internacional de Atletismo.
Con Samaranch y Nebiolo éramos una fuerza infernal, una fuerza para beneficio de todos, dijo Vázquez Raña el 22 de abril de 2010, durante los funerales del Samaranch.
Vázquez Raña impulsó la presencia del profesionalismo, la comercialización en el olimpismo y la búsqueda de la universalización del deporte. También impulsó la creación de la Asociación de Comités Olímpicos Nacionales (ACNO) y la Organización Deportiva Panamericana (Odepa).
Desde su juventud mostró interés por las disciplinas deportivas con la práctica de tiro deportivo. Su pasión se enfocó en la especialidad de rifle de pequeño calibre y tiro sobre siluetas, que lo llevó a ser parte de las selecciones nacionales, en el representativo que tomó parte de los Juegos Panamericanos de Sao Paulo 1963.
En 1969, Mario Vázquez Raña fundó la Federación Mexicana de Tiro, la cual presidió hasta 1974. Desde este puesto asistió a los Juegos Olímpicos de Munich 1972, como jefe del equipo nacional de tiro.
Para 1972 fue electo miembro permanente del Comité Olímpico Mexicano (COM) y fue presidente de éste de 1974 a 2001. En 1975 lo eligieron presidente de la Odepa, de la cual fungía como su actual presidente en un periodo que terminaba en 2016, al ser reelecto por última vez en 2012.
También en 1975 fue nombrado presidente de la Comisión de Solidaridad del Comité Olímpico Internacional para el continente americano.
Vázquez Raña fue vicepresidente mundial de la Comisión de Solidaridad en 1979 y ese mismo año fue electo presidente de la Asociación de Comités Nacionales Olímpicos (ACNO).
Como jefe de la ACNO, desde 1979 hasta 2012, el mexicano se convirtió en una de las figuras más poderosas del movimiento olímpico mundial para modernizar su estructura.
Íntimo amigo de Fidel y Raúl Castro, uno de sus orgullos era el haber entrevistado a más de cien jefes de Estado y de gobierno a lo largo de su vida.
De sus últimos cargos deportivos, fue nombrado miembro del COI por México en 1991. En 2002 fue nombrado presidente de la Comisión de Solidaridad Olímpica del COI.
Con su inseparable bigote y sus lentes oscuros, Vázquez Raña era tan sociable como enérgico para tomar decisiones. Le encantaba ser llamado don Mario.
Mario Vázquez Raña dedicó gran parte de su vida al deporte olímpico. Sirvió por décadas con gran compromiso como presidente de la Odepa, incluso hasta sus últimas horas, dijo el presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach, en una carta a la Associated Press. Tuvo méritos sobresalientes dentro del movimiento olímpico y siempre será recordado como un gran líder. La bandera del COI en sus cuarteles generales en Lausana, ondearán a media asta en su honor.
Desde México, el Comité Olímpico Mexicano (COM), a través de su presidente Carlos Padilla, externó su pena por la pérdida de uno de los grandes dirigentes que ha tenido América.
Es una pérdida irreparable porque México pierde a uno de los grandes dirigentes deportivos, no sólo de nuestro país, sino de América, porque estuvo siempre con la disposición de ayudar a las naciones y buscar las nuevos programas para desarrollar el deporte en el continente, destacó Padilla.