Los Juegos Olímpicos están a 51 días y, tras un año en el que el mundo fue testigo de un trágica pandemia, las actividades deportivas comienzan a regresar —poco a poco— a la “normalidad”.
Para muchos atletas ha sido un periodo que cambió sus vidas y les dejó como aprendizaje ser pacientes, tomar nota en ciertas situaciones y también mejorar su preparación rumbo a la justa de Tokio 2020.
Tal es el caso de Joanna Jiménez, nadadora artística y compañera de Nuria Diosdado: “Cuando se aplazaron los Juegos Olímpicos me puse triste, pero lo positivo fue que se reforzó la amistad con Nuria. No sólo somos compañeras, somos amigas, hermanas, encajamos muy fuerte y eso lo notarán los jueces. La confianza en equipo hará que hagamos un buen papel y que México esté orgulloso”.
Para Diosdado, la mentalidad es lo que más se debe trabajar para tener resultados positivos.
“Ya vienen los Olímpicos, ha sido un año de agradecer”, afirma. “El reto más grande será aguantar mentalmente para salir con éxitos para el país y para nosotras mismas».
“El tema mental se tiene que trabajar mucho. Pasamos, a veces, experiencias que no se le desean a nadie; por ejemplo, el miedo al dopaje. Me pasó con un medicamento y recibí una sanción. Estas cosas te hacen crecer y regresar más fuerte”, agregó.
La propia Briseida Acosta, quien dejó en el camino a María del Rosario Espinoza —hace apenas unos días— y consiguió el boleto a Tokio en taekwondo, destacó que lo psicológico es factor fundamental para cosechar buenos resultados.
“Como deportistas estamos acostumbrados a que todo se mida en medallas y logros, pero el año sirvió para mejorar hasta el más mínimo detalle. Lo psicológico y lo físico es lo más importante”.