El Universal
El rechazo a la figura del nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y sus primeras decisiones políticas desde que llegó a la Casa Blanca se incrementa de manera permanente dentro del mundo de la NBA y el último en atacarlo ha sido Steve Kerr, de los Warriors de Golden State, elegido Entrenador del Año.
Si antes el legendario Gregg Popovich, de los Spurs de San Antonio, y Stan Van Gundy, de los Pistons de Detroit, descalificaron por completo a la persona de Trump y posiciones políticas ante la sociedad estadounidense y el mundo, ahora ha sido Kerr el que ha calificado de un grave error la orden presidencial de la «Prohibición de Inmigración».
La misma prohíbe temporalmente la entrada al territorio de Estados Unidos a todos los refugiados y la mayoría de los visitantes de siete países con mayoría de población musulmana.
«Sólo diría que como alguien cuyos familiares fueron víctimas del terrorismo, haber perdido a mi padre, si tratamos de combatir el terrorismo con la prohibición de llegar a nuestro país, entonces vamos en contra de nuestros propios principios», denunció Kerr. «En todo caso, podríamos estar criando ira y terror, así que estoy totalmente en contra de lo que está pasando».
El padre de Kerr, Malcolm, fue asesinado en 1984 por un yihadista islámico mientras servía como presidente de la Universidad Americana de Beirut, Líbano, donde nació el entrenador de los Warriors.
Kerr era un estudiante de primer año universitario en Arizona en el momento en que su padre fue asesinado. Su trasfondo único, a raíz de ese suceso, le ha llevado a tener un grupo diverso de amigos y seres queridos.
La orden ejecutiva firmada por el presidente Trump puede afectar a la llegada de nuevos jugadores extranjeros a la NBA y de ahí que la organización se haya puesto en contacto con el Departamento de Estado para entender mejor cómo manejar la nueva situación actual migratoria que se ha creado en Estados Unidos.
Al margen de cuál pueda ser el desenlace final de la nueva situación creada, Kerr definió la concepción de la idea expresada en la orden ejecutivo como algo «espantoso» y «horrible».
El entrenador de los Warriors dijo que su gran preocupación era por todas las personas buenas que se ven afectadas.
«Las familias están siendo desgarradas y me preocupa en gran medida lo que esto significa para la seguridad del mundo. Está pasando todo lo contrario, si (Trump) quiere resolver el terror, quiere resolver el crimen, ésta no es la manera de hacerlo», valoró Kerr.
También entre los jugadores de la NBA se ha acentuado aun más el rechazo ya existente en contra de la figura de Trump, que cuenta con muy pocos simpatizantes desde que inicio su exitosa campaña presidencial para llegar a la Casa Blanca.
Mientras, los Bucks de Milwaukee, que tienen en su nómina al pívot novato Thon Maker, nació en Wau (Sudán), que se convirtió en parte de Sudán del Sur independiente en 2011, y que es uno de los siete países vetados, junto a Irán, Irak, Libia, Somalia, Siria y Yemen, tratan de clarificar con los directivos de la NBA los pasos a seguir.
Maker se mudó con su familia a Australia en el 2002, donde consiguió la doble nacionalidad y posee pasaporte australiano, pero los Bucks quieren tener bien definida la situación legal del joven jugador con miras a tomar una decisión al respecto sobre su futuro dentro de la organización.
El alero de Los Ángeles Lakers, Luol Deng, también nació en Wau (Sudán), pero como Maker, tiene doble nacionalidad y desde el 2006 es ciudadano británico.
El vicepresidente de los Bucks, Alexander Lasry, cuyo padre, el dueño de los Bucks, Marc Lasry, emigró de Marruecos, publicó una serie de mensajes en Twitter.
Lasry indicó que «aprecio todas las preocupaciones de los aficionados sobre Thon, y hoy, un refugiado sudanés que huyó de la opresión»
Agrega que «estoy orgulloso de él, es un símbolo de lo que hace que América sea grande y que todos los inmigrantes crean en América».
También dijo que «debemos seguir compartiendo las historias de inmigrantes y refugiados increíbles que hacen a América grande».