Hace 20 años, más o menos, Kary fue a México. Peruana, llegó a estudiar.
Ahí encontró a Luis. Catalán de Barcelona, quien llegó a trabajar para una cadena hotelera.
Él la vio, ella lo vio. Se enamoraron. Se casaron, y de esa relación nació Kenti, la más peruana de la delegación mexicana y quien también es española.
Kenti Robles, defensa del equipo mexicano y también del Atlético de Madrid, está de plácemes, ya que gracias a los Juegos Panamericanos, pisó por “primera” vez la tierra de su madre.
“Ella vino”, cuenta su madre Kary, “cuando tenía dos años, después nunca más, así que nunca ha estado en el Perú. Ahora ha aprovechado —cuando se puede— para conocer a la abuela, la tía, el tío, el primo, a todos los que son miembros de la familia”.
Desde 2000, la familia se mudó de la Ciudad de México a Barcelona, pero Kenti “siempre se ha sentido mexicana, más allá del acento, lo cual es normal, porque lleva casi 20 años allá, pero ella es de México, siente los colores y cada vez que la llama la Selección, ella acude encantada”.
Así que cada tarde, en el hotel de concentración, porque los de futbol no están hospedados en la Villa Panamericana, Valtieri Kenti Robles Salas,nacida en México, criada en España, pero con raíces peruanas, recibe la visita de “gente que no sabía que existía, pero que también lleva su sangre y es parte de su pasado. Ahora, junto con su hermano, quien también vino para conocer a su familia y que lo conocieran, ya sabe quién es su bisabuela, su tío primero, el segundo, primos y primas de todos gustos y sabores… Somos veintitantos”.
Todos la apoyarán hoy, en duelo crucial en pos de la semifinal.