A casi dieciocho años de aparecer por primera vez en un ring de lucha libre profesional, los golpes y el cansancio han puesto a reflexionar al famoso Kemonito, acerca de la posibilidad de su retiro de los encordados. Una cita con el destino que se cumpliría máximo en dos años.
Tras echarse un clavado en la memoria, el Kemonito recordó que su estreno en los encordados fue el 20 de noviembre del 2002 en la Arena México, aliado al Gigante Silva y el Rayo de Jalisco Jr.
«No creo aguantar más, un año o dos a lo mucho, porque el tiempo, los golpes y la edad cobran factura. No lo tengo decidido, pero lo he pensado. No quiero un homenaje, solamente una función en la la que pueda participar», compartió el simpático personaje.
La pregunta obligada es saber qué pasará en el futuro con el nombre del personaje que ha hecho famoso: «Tal vez algún hijo lo retomara, pero solo como presentación, más no para tomar parte de la lucha, porque yo sé lo que se sufre y lo dura que es la lucha libre. Aunque aclaró que, el que me retire no quiere decir que me vaya completamente del medio».
Han sido muchos años de trajín y de enfrentar imponderables, pero no duda en señalar a Francisco Alonso Lutteroth (promotor del CMLL) como el «culpable» de su nacimiento, a quien siente que no defraudó con su trabajo.»Nos tomaron en cuenta porque era algo que no se veía. En lo personal, significa algo que he logrado con mi trabajo y demuestra que no importa el tamaño ni el color, sino el esfuerzo que haces para lograrlo. Después, cuando entraron los micro estrellas demostraron que son luchadores de verdad, y eso le ha dado fuerza al grupo».
Hablando de su andar sobre los enlonados, reconoce que no ha sido sencillo y se ha ganado rivales debido al cariño que los aficionados le dan. «A los golpes uno se acostumbra, a recibirlos y a veces hacen falta. Los más duros han sido las patadas del Guerrero y el martinete del Vampiro. Muchos pensarían que me siento más cómodo con gente como el Rayo de Jalisco por su tamaño, pero me siento cómodo con todos, porque de cada uno aprendo. Todos
Aunque presume que tiene más amigos que enemigos en el pancracio de paga. «Si del público recibo lo mejor, que los compañeros lo hagan es muy bonito, tengo una familia muy grande en la lucha libre. Los accidentes pasan, aquella patada del Guerrero fue algo que pasó y fue significativo en mi trayectoria, me enseñó a cuidarme mejor para que no me agarren dormido. Sé que no soy ‘monedita de oro’ y hay que convivir con todos. No le guardo rencor (al Guerrero), porque si eso sintiera ya no estaría en la lucha libre».
Pese a que el adiós parece cerca, hay retos que aún lo ilusionan. «Aceptaría jugarme la máscara si alguno de mis compañeros, Atlantis, por ejemplo, me lo propusiera, aunque depende también de la empresa. La función de celebración del Kemonito sigue en pie. Me gustaría participar en esa lucha y que el pastel se reparta para todos los aficionados que asistan al evento».
Es una realidad que ante la falta de eventos debido a la pandemia de Covid-19, lo que más extraña el Kemonito es el calor de los aficionados. «La lucha libre me ha dado la satisfacción de realizarme y que la gente recuerde que la gente pequeña cuenta en todos lados. Los seguidores me han hecho ver lo que he crecido, es algo que no me esperaba. Si regresamos, va a ser a puerta cerrada, tal vez no haya contacto ni regalos, pero qué mejor regalo que la gente nos siga teniendo en cuenta».