CIUDAD DE MÉXICO, febrero 21 (EL UNIVERSAL).- Sólo detalles faltan para concretar la pelea entre Saúl “Canelo” Álvarez y Julio César Chávez Jr. Casi todo está pactado, incluido el peso, que se fijó en 165 libras (74.8427 kg), o al menos eso era lo que se pensaban en la esquina del sinaloense, que tuvo que “ceder mucho” para tener la oportunidad de boxear.
Antes de firmar el contrato Golden Boy Promotions, empresa que controla la carrera del “Canelo”, dio su primer golpe bajo. Según Chávez Carrasco “rompen su palabra” y lo forzan a ir media libra más abajo. Su pecado: una declaración en la cual el “Hijo de la leyenda” asegura que puede pesar 164 libras.
En la primera parada del tour de medios Julio César Chávez Jr. es quien lanza golpes verbales. Tampoco se desboca. Una breve combinación en contra de su rival y retoma su guardia. Apenas enciende el ambiente. El incendio prefiere que suceda el 6 de mayo en Las Vegas.
“Accedí a muchas condiciones que me pusieron. Por ejemplo: ya habíamos aceptado que la pelea fuera en 165 libras (74.800 kg). Yo y mi papá dijimos que podíamos hacer 164 libras y ellos tomaron esa declaración que hicimos a la televisión y nos llevaron a firmar en 164.5 libras cuando ellos habían dado su palabra de que fuera en 165. Esos son algunos de las cosas que tuvimos que aguantar para hacer esta pelea”, sostuvo Chávez.
En el momento en el que el ex campeón mediano del CMB evidenció parte de las negociaciones, “Canelo” y Óscar de la Hoya pierden sus miradas. Deciden no entrar al intercambio. Son los dueños del negocio y algo de picor no viene mal para sazonar y vender mejor el pleito.
“Para mí el orgullo (se juega)… por tantas críticas para mi persona es el orgullo el ver quién es el que más puede, esta pelea es por eso”, externó “Canelo” sobre por qué decidió darle la oportunidad a Chávez.
No hay mucha pegada en sus palabras. El tapatío toma su primer frente a frente como un round de estudio. Prefiere que el trabajo lo haga Julio, quien ya mostró que es más alto (10cm), tiene más alcance en brazos y habla. Pero todo queda corto. A fin de cuentas los dos boxeadores mexicanos más mediáticos de los últimos años, no lograron conectarse.
Media hora después de la sesión de preguntas y respuestas que tuvieron con los medios, los boxeadores fueron a dar la cara ante los 2 mil 700 aficionados que acudieron a las instalaciones de TV Azteca.
Con un clima de 24 grados centígrados que provocó sudor entre los asistentes, Julio César Chávez Jr. fue el primero en llegar al templete que se preparó. Lo hizo a bordo de una camioneta negra, cargando a su hija y con el respaldo de su padre, familiares y amigos. El Jr. volvió a recordar que estuvo orillado a aceptar varios requisitos.
¡Chávez, Chávez, Chávez!, se escucha entre los fans que se formaron y esperaron tres horas para estar de cerca con los pugilistas.
“Canelo” tomó después el micrófono. Entre mentadas y aplausos, el dos veces campeón del mundo agradeció el tiempo que tomó el público para estar ahí y aseguró que el 6 de mayo en la T-Mobile Arena de Las Vegas, se llevará a cabo un pleito que será recordado como uno de los mejores de la historia.
“Quizá algunos me mienten la madre y otros me apoyen, pero así se hacen las peleas” añadió el tapatío. La tarde terminó con la mirada de cada peleador golpeando el ánimo de su contrincante.