El cornerback de los Giants, DeAndre Baker, se enfrenta a varios cargos después de que la policía lo acusó a él de robar una fiesta con una pistola en mano después de que un juego de dardos se salió de control.
Pues bien, la defensa de Baker tiene una coartada al señalar que el jugador se encontraba en ese momento jugando Madden en una de las habitaciones de la casa donde sucedieron los hechos.
Baker había traído su propia consola para jugar a Madden en la fiesta donde supuestamente cayó el robo a mano armada, y buscará pruebas electrónicas de que la cuenta de Baker estaba en uso durante el incidente.
Baker había estado apostando la noche del incidente, pero sólo en el resultado de los juegos de Madden y no en dados y cartas como se ha alegado.