Para la mayoría de los lanzadores, presumir de un repertorio amplio de pitcheos se vuelve obsoleto si no pueden mantenerse en el juego de la velocidad.
A sus 36 años, con un recorrido en 717 juegos ( la mayor cantidad para un pitcher mexicano), Joakim Soria se mantiene en Grandes Ligas focalizado en un solo lanzamiento, restando a su brazo las pelotas que buscan engañar al bateador.
La velocidad creciente está cambiando el juego y casi excluye a los peloteros que no pueden mantener el ritmo.
Como nunca antes en su carrera (13 temporadas), el coahuilense ha pitchado tantas veces su recta de cuatro costuras. El 70.9 por ciento de los 123 envíos que acumula esta campaña, fue registrado en el radar por encima de las 93 millas por hora.
“La madurez en el beisbol ayuda para reconocer los tipos de pitcheos con los que vas a tener éxito. Dejas de lado quizá al resto y confías en tu trabajo y en ese lanzamiento para salir adelante”, reconoció Soria.
Y, sin embargo, por sí sola la velocidad no es suficiente para tener éxito al más alto nivel. Con control, apenas ha permitido cinco hits en el año.