El Universal
Los audífonos inalámbricos están encendidos. Se levanta y comienza a ir de un lado a otro con la mirada fija en la pared o el piso. Llega su turno, cuelga los audífonos, sube en el trampolín de un metro y ejecuta el clavado. Cinco segundos después sale del agua. Si la ejecución fue buena, no cambia su rostro serio; pero si es mala, tiene una mueca de molestia.
Así es la rutina con la que Jahir Ocampo ha conseguido sus buenos resultados en 2019, que incluyen tres medallas en la Serie Mundial de la FINA en clavados sincronizados y además ganar la final del Control Técnico Interno de Clavados de la Federación Mexicana de Natación (FMN), en trampolín de un metro.
“Me siento muy maduro, motivado y libre de lesiones”, señala en entrevista con EL UNIVERSAL Deportes. “¿Que si me siento mejor que hace cuatro años? Por supuesto. Es mi mejor año previo a unos Juegos Olímpicos”.
Ocampo confía en ir a Tokio 2020, pero sabe que antes tendrá que asistir a los Mundiales de Natación de Gwangju, donde disputará la clasificación olímpica, y luego a los Juegos Panamericanos.
Para ir a estas dos últimas competencias necesitará, además, el aval de la FMN, que es la que elegirá a los seleccionados para los dos certámenes.
“Sí, parece que cumplo con todos los requisitos para que la FMN me dé su aval para ir tanto a los Mundiales y a Panamericanos. Pero aún tengo algunas cosas por pulir para subir mi calificación, al menos en la modalidad individual”, dice el mexiquense.
Esas cosas que tiene que pulir son la ejecución de sus clavados, reconoce. Sostiene que su objetivo es llegar, al menos, a los 430 puntos en las competencias.
En el Control Técnico Interno de Primera Fuerza no pudo rebasar esa barrera en ninguna de las pruebas. Su plan es incrementar el grado de dificultad en sus saltos para llegar hasta esa cifra.
“Si puedo lograrlo, tengo buenas oportunidades de ser campeón del mundo”, menciona.
Ocampo sólo ha subido una ocasión al podio en los Mundiales de Natación, en la edición de 2013 que se celebró en Barcelona, cuando se colgó la medalla de bronce en clavados sincronizados junto a Rommel Pacheco, con quien se mantiene haciendo dupla en esa modalidad. Su asignatura pendiente sigue siendo los Juegos Olímpicos, donde nunca ha podido subir al podio.