Con el puño arriba, Malcolm Jenkins de los Eagles de Filadelfia mantuvo su postura de protestar durante el himno nacional de Estados Unidos, tal como lo hizo la temporada pasada.
La NFL comenzó con su primera semana completa de pretemporada, y la pregunta que persiguió a la Liga durante el verano, se respondió de inmediato.
Jenkins, de los Eagles, uno de los jugadores más abiertos en los últimos años, se unió su compañero de equipo, De’Vante Bausby, alzando un puño mientras se escuchaba el himno.
El ala defensivo Chris Long, quien se encontraba a un lado de Jenkins puso su brazo izquierdo sobre la espalda del esquinero.
En mayo pasado, los dueños de equipos aprobaron un nuevo reglamento para aplacar el furor provocado por las protestas al entonarse el himno nacional, al permitir a los jugadores permanecer en el vestidor durante la ceremonia, pero con la obligación de ponerse de pie si salen al emparrillado.
Hace una semanas, se filtró que los Dolphins castigarían a sus jugadores con cuatro partidos de suspensión, si llegaban a hincarse en el himno. No importó.
Kenny Stills y Albert Wilson de los Dolphins, se arrodillaron antes del partido contra los Buccaneers, mientras que su compañero de equipo, Robert Quinn, levantó el puño en alto.
Cuatro miembros de los Jaguars (Telvin Smith, Jalen Ramsey, Leonard Fournette y TJ Yeldon) esperaron en el túnel hasta después de que el himno concluyera, antes del partido contra los Saints.
La organización lanzó un comunicado durante el juego, reafirmando su política.
“No ha habido cambios en la política de la NFL con respecto al himno nacional”, dijo el portavoz de la Liga, Brian McCarthy, en el documento. “El himno se seguirá reproduciendo antes de cada juego, y se espera que todos los jugadores y no jugadores en el campo en ese momento se pongan de pie durante la presentación de la bandera y la ejecución del himno. El personal que no desea hacerlo puede optar por permanecer en el vestuario”, concluyó.