Sin dolores en la espalda, Adrián González es para los Mets como la prenda de diseñador con etiqueta de rebaja sobre rebaja que se encuentra al espulgar los cerros de ropa en las baratas, pero que luce como si fuera hecha a la medida.
El mexicano es mucho más de los 500 mil dólares que pagaron los Mets para llevarlo a Nueva York, y ayer lo demostró al conectar un imparable remolcador de dos carreras al jardín derecho, que dio el triunfo a su equipo, 4-1, sobre los Marlins en Miami.
Los Mets están en un rabioso arranque que envidiaría cualquier comprador al que se le abren las puertas en Black Friday.
Récord de 10-1 para los neoyorquinos, con ocho victorias al hilo.
En la parte baja del octavo episodio, los Mets perdían 1-0 y el tijuanense que ingresó como bateador emergente con el Mariachi Loco de fondo, inició el rally de cuatro carreras.
“Mientras la espalda me deje, le puedo dar a la bola todavía. Es sólo esperar mi pitcheo”, contó el Titán en una entrevista con EL UNIVERSAL Deportes el martes.
La novena del debutante manager, Mickey Callaway, ya tiene identidad: venir de atrás.
Otra vez los chicos neoyorquinos remontaron en la pizarra. El zurdo Jarlin García fue sacado del juego después de seis innings sin hit ni carrera en la que fue la primera apertura de su carrera, y los Mets aprovecharon que le quitaron las esposas para batear.
El pitcher de 25 años repartió tres ponches, dio un par de boletos y fue retirado por el manager Don Mattingly, después de efectuar 77 pitcheos, un error que lamentó anoche