George Foreman cerró los ojos por segundos, en un breve silencio. Plantado sobre el cuadrilatero de la Arena México, el ex boxeador estadounidense recordó los sonidos y el nerviosismo de hace 50 años, cuando se colgó la medalla de oro, en los Juegos Olímpicos de México 1968.
Han pasado 50 años, pero el recuerdo sigue fresco para “Big George, porque la presea dorada catapultó su carrera profesional (76-5), donde se midió a grandes leyendas del box, como Muhammad Ali y Joe Frazier.
“Es como ver un fantasma para mí, es imposible no recordar una de las noches más siginificativas de mi vida, ahora estoy aquí, 50 años después”, destacó Foreman en compañía de Horacio de la vega, director del instituto del deporte de la Ciudad de México, y Mauricio Sulaimán, presidente del Consejo Mundial de Boxeo. “Gracias al señor Sulaimán, una de las personas responsables de que pueda estar aquí”.
El estadounidense, a sus 69 años, no encuentra gran diferencia entre el pugilismo de hoy y el de su generación, incluso, dijo admirar al mexicano Saúl Álvarez.
“No ha cambiado mucho, es casi lo mismo… cuando te golpean sigues viendo tres rivales. Solo que el boxeo es un gran negocio”, apuntó bromista. “Soy amigo del Canelo y no lo dejaré solo”.