CIUDAD DE MÉXICO, enero 12 (EL UNIVERSAL).- Tyson Chandler, Eric Bledsoe y Devin Booker son las amenazas con las que cuentan los Suns de Phoenix, pero lo que más le preocupa a Rick Carlisle, entrenador de los Mavericks de Dallas, es la altura de la Ciudad de México.
Los dos mil 240 metros de altitud sobre el nivel de mar es un tema que el equipo texano estuvo analizando antes de arribar a la capital. “Será un gran factor en contra de nosotros, un desafío”, dijo el entrenador previo al entrenamiento de su equipo.
Los Mavericks tomaron medidas de prevención para que este factor no les afecte de manera grave. “Tenemos que mantenernos hidratados y utilizar mucha rotación entre los jugadores para llegar al último cuarto con energías”.
El estratega argumentó que jugar en Denver a mil 609 metros o en Utah, a mil 288, puede servir como práctica, pero no existe comparación de altitudes.
Los Mavericks no han tenido el desempeño esperado. Dallas se ubica en la última posición de la Conferencia Oeste de la NBA, con una marca de 11 partidos ganados y 27 perdidos. Ante esto, Carlisle le ve la buena cara a la situación. “Sí ha sido una temporada complicada. Muchos de nuestros jugadores han estado lastimados y, en promedio, tenemos un equipo aún joven que debemos trabajar mucho”.
El entrenador dijo que la Liga está llena de desafíos que tienen que superarse.
Por su parte, el alemán Dirk Nowitzki está contento de superar su lesión en el tendón de Aquiles y de regresar a la Ciudad de México. “Estar en temporada regular lo hace más especial”, comentó el teutón ante los medios. “Es un sentimiento distinto y queremos jugar bien para promover este deporte en su nación”.
El profesional de 38 años recordó al mexicano Eduardo Nájera como un amigo. “Tuvo una gran carrera en la NBA, es una leyenda en este equipo. Todavía trabaja en la institución y estamos contentos con él”.
El alemán desea tener más minutos este jueves por la noche, para recuperar el ritmo que no pudo encontrar al comienzo de la campaña