La Dirección de Fórmula Uno (FOM, por sus siglas en inglés) perdió los estribos con la prensa mexicana y, en un acto de desesperación, bloqueó a la prensa nacional y evitó que subiera videos a sus redes sociales durante el Gran Premio de México.
Por primera vez, desde el regreso de la F1 al país, La FOM obligó a los organizadores del GPMX a informarles a los medios de comunicación que estaban prohibidas las grabaciones y amenazaron con quitar acreditaciones.
Todo esto habría sido porque la gente que hace la transmisión oficial de la carrera se quejó porque la competencia les estaba comiendo el mandado y señaló a la prensa nacional, que sólo hacía su trabajo en el Autódromo Hermanos Rodríguez.