El Año Nuevo no fue igual, desde el 26 de agosto hay muchas cosas que ya no son lo mismo para Mariana Juárez. Pero su amor por el boxeo se mantiene.
Después de defender su cinturón gallo del Consejo Mundial de Boxeo ante la japonesa Terumi Nuki el 11 de agosto, en la Arena Ciudad de México, la Barby pasó días en el hospital con su madre, hasta que perdió la vida, por cáncer.
Cinco meses después, la pugilista aún no asimila la pérdida. Sin embargo, en el recuerdo de su madre encuentra la fuerza para trazarse nuevos retos profesionales.
“En el hospital le prometí que le íbamos a echar muchas ganas, que si soy valiente y guerrera, sería gracias a ella y eso es lo que me mueve, además de mi hija, porque al final del día, ella observa qué es lo que hace su mamá”, se sinceró Juárez con EL UNIVERSAL Deportes.
La campeona mundial en tres divisiones recordó los primeros días tras la muerte de doña Paty.
“Al siguiente día regresé al gimnasio. Así como ella luchó para mantenerse con nosotros, lo recuerdo cada vez que estoy cansada en un entrenamiento o cuando estoy sobre el ring”, confesó.
Para 2019, la capitalina se enfoca en nuevos retos. La Barby tiene en la mira el cetro supergallo, que está en manos de la keniana Fatuma Zarika.
“En febrero iré por mi séptima defensa en gallo, y que no tarde esa oportunidad, ya que para eso estoy trabajando”, añadió.