Para Saúl Álvarez dejó de ser una preocupación convencer a todos los aficionados de que es un campeón sólido, pero no por eso ignora que la animadversión es parte del negocio.
El boxeador mexicano da el salto a la división semipesada para combatir contra Sergey Kovalev en búsqueda de su cuarto título en diferentes categorías, sin que esto sea argumento para lograr que los aficionados estén por completo del lado del tapatío.
“Los que no me apoyan o no me quieren o no están de acuerdo en lo que he hecho nunca lo van a estar, pero al final me van a estar viendo toda su vida”, declaró Álvarez a su llegada al hotel sede de la velada del sábado.
Hay números que importan más que otros al Canelo. Ser el uno del ranking del mejor libra por libra no es uno de ellos. Ser el mejor pagado de los peleadores de la actualidad, es una meta cumplida.
“He hecho cosas mejores que quienes están ahora en la cima. Nunca me ha quitado el sueño ser el mejor libra por libra del mundo porque es alguien que te coloca en esa posición y a lo mejor no les caigo bien. Pero me siento el número uno, por eso he llegado hasta donde he llegado”, contó el tapatío.
Hace un año, Álvarez firmó el contrato más lucrativo en la historia del boxeo al comprometerse 11 peleas con DAZN por 365 millones de dólares. De conseguir el triunfo frente a Kovalev, el tapatío se convertirá en el primer púgil mexicano en proclamarse campeón semicompleto con cetros welter, superwelter y supermediano. Además se unirá al selecto grupo de tricolores con cuatro coronas en diferentes divisiones donde se encuentra Erick Morales, Juan Manuel Márquez y Jorge Arce.
Álvarez sabe pelear con los aficionados a su favor, pero también en contra