A lo largo de su carrera, Michael Jordan se acostumbró a ser reconocido como el número uno, pero la excesiva confianza que ese mote le otorgó pudo haberle costado una golpiza cortesía del ‘hombre más fuerte del mundo‘.
La anécdota fue contada por Mark Henry, súper estrella de la WWE, coprotagonista de aquel encuentro y, por poco, victimario de la más grande leyenda del basquetbol.
Cuatro años después de hacer historia en los Juegos Olímpicos de Barcelona, ‘Su Majestad’ se presentó en Atlanta sólo para visitar a sus amigos, quienes terminaron rescatándolo de llevarse las primeras planas, y no por un game-winner.
«Eran los Juegos de 1996, yo era amigo de Charles Barkley, Karl Malone, David Robinson y de muchos jugadores del equipo olímpico de baloncesto, así que fui a verlos. Estaba en el hall del hotel con Barkley, cuando se acercó Michael y, en lugar de saludar, de decir: ‘Hola, ¿qué tal?, ¿qué haces? ¿jugamos cartas?’, (me) dijo: ‘¿Quién eres tú?’ a lo que respondí: ‘¿Quién carajo eres tú?’. Esa fue nuestra presentación», recordó el luchador, en un programa de radio en Nueva York.
En esa época, Mark Henry no tomaba un micrófono en el centro de un cuadrilátero para retar a su oponente en Wrestlemania; ese era un mundo desconocido para el entonces halterista del equipo estadounidense, así que su reacción a la soberbia del ’23’ no era ‘parte del show’.
«Tú no te acercas a Mark Henry y le hablas como si fuera cualquiera. Yo soy alguien. Quizá no gano tanto dinero como tú, la gente no conoce mi nombre y no vendo millones en zapatos deportivos pero, si hubiera querido, le habría apagado las luces en un abrir y cerrar de ojos. Suerte que Barkley calmó las aguas y obligó a Michael a disculparse, pero lo puse en su lugar», contó.
Henry, campeón panamericano en 1995, aseguró que el capítulo se cerró con el respeto de Jordan, aunque el mal ya estaba hecho y la amistad no brotó entre ambas figuras.
«A partir de ahí, fue amable conmigo, pero nunca vas a volver a tener una primera impresión; esa es la que cuenta. Si hubiera querido, con sólo chasquear los dedos lo habría hecho desaparecer. Después de eso, me invitó a su fiesta de cumpleaños y al partido de las estrellas. Fui a su fiesta, le di la mano y lo felicité. Esa fue la última vez que hablamos», finalizó.
Hace unos días, se dio a conocer que, en alguna ocasión, Mike Tyson también estuvo cerca de golpear al exjugador de los Bulls, cuya calidad en la duela nunca fue sinónimo de simpatía fuera de ella.