El Universal
Las Vegas.— Estaba escrito: aún sin Caín Velásquez y Fabricio Werdum, la noche de Ultimate Fighting Championship (UFC) sería detonada por el poder latino.
Los asistentes al legendario MGM Grand Garden no presenciaron la revancha entre los dos colosos que gobiernan la categoría completa de las artes marciales mixtas, pero se llevaron en las retinas un espectacular nocaut del chileno Diego Rivas sobre el israelí Noad Lahat.
Apenas fue en la tercera de las 12 peleas que integraron una cartelera protagonizada por Johny Hendricks y Stephen Thompson. Fue lo de menos. El letal rodillazo que el andino propinó a su oponente, cuando apenas transcurrían 23 segundos del round número dos, fue la estampa que marcó la Fight Night 82.
El sudamericano se repuso a un primer episodio complicado, en el que el campeón mundial de jiu-jitsu intentó someterlo tres veces. Escapó en todas, pero sabía que la única manera de triunfar era con un golpe tan inesperado como efectivo.
“Mis entrenadores me dijeron que había perdido el primer round, por lo que salí con todo en el segundo y ataqué. Mi estrategia era esperarlo… Ya no pude hacerlo”, explica Rivas, quien se mantiene invicto dentro del peso welter (7-0). “Celebré mucho por la emoción que me dio una victoria así”.
Aunque tuvo tiempo para preocuparse por su rival, quien perdió la conciencia durante algunos minutos y se convulsionó dentro del octágono. La asistencia médica logró que saliera por su propio pie.
Clímax de una función en la que también destacó la victoria de Mickey Gall, quien sólo requirió 45 segundos para someter a Mike Jackson y convertirse en el primer rival de Philip Brooks, mejor conocido como ‘CM Punk’, ex estrella de la WWE, en la lucha libre.