Estaba ante una multitud de casi 40 mil personas, la mayoría delirantes, pero el lanzador José Urquidy era el hombre más solo del mundo justo ahí, sobre el montículo del legendario Fenway Park.
Es cierto que los Red Sox ya le habían hecho una carrera, pero el pitcher mexicano realizó lo necesario para salir del segundo inning con daño mínimo… Hasta que José Altuve volvió a cometer un grave error en octubre.
El batazo de Christian Arroyo era ideal para conseguir la doble matanza que habría acabado con la amenaza de Boston, pero el segunda base venezolano pifió y permitió no sólo que J. D. Martínez timbrara la segunda anotación de los locales, sino que Kyle Schwarber se presentara en la caja de bateo.
Y con el exestrella de los Cubs terminó todo. Le conectó al mexicano un cuadrangular con la casa llena. Grand Slam que marcó el rumbo del tercer juego de la Serie de Campeonato de la Liga Americana, ganado por los Red Sox (12-3), que tienen ventaja de 2-1. Auténtica pesadilla para Urquidy, quien sólo trabajó una entrada y dos tercios.