El trabajo de Manny Robles no da tregua. Aunque Andy Ruiz (33-1-0) no se encuentre sobre el ring, el entrenador vela por su pupilo, rumbo a la revancha contra Anthony Joshua (22-1-0), en diciembre próximo.
Labor nada sencilla para Robles, quien fue indocumentado, trabajó de lavaplatos y ahora está detrás del éxito de Ruiz, el primer campeón mundial mexicano de peso completo (AMB, FIB y OMB).
“Soy de Jalisco, pero he vivido en Estados Unidos desde los seis años. Recuerdo que Andy llegó conmigo hace dos años, después de su pelea con [Joseph] Parker, su familia me buscó para entrenarlo, aunque ya lo venía siguiendo desde amateur, sabía de su potencial, la clave fue trabajar con su velocidad.
El resultado se vio en las cuatro peleas que ganó”, recordó el entrenador en entrevista con EL UNIVERSAL Deportes.
Pero Manny no es ningún improvisado. Su experiencia para guiar a promesas se debe a su progenitor, Manuel el Chato Robles.
“Mi padre fue boxeador amateur y profesional. Quería seguir sus pasos, pero tuve complicaciones en mis rodillas y tratarme en un centro médico era complicado, porque no teníamos los medios ni documentos para estar en EEUU. Recuerdo que empecé a ganar dinero limpiando mesas, platos, pero estudiaba, así me inculcó mi papá.
“No quería dejar el boxeo, pero no podía seguir, ‘si el físico no responde, retírate’, eso me dijo mi padre, y fue doloroso. Me casé y arreglé mis papeles. En 2007 él falleció, también mi madre tres años después. Seguí con la obra, me abrí camino como coach”.
Y mientras la sede de la revancha contra Joshua se arregla, Robles concluyó que “vamos a demostrar lo realizado, no soy conformista, también educo en no caer en los excesos de la fama, Andy debe tener los pies sobre la tierra”.