En una era de lanzamientos dentro de la NFL, los corredores han firmado contrato millonarios.
Este sábado previo al primer domingo de la temporada 2020, Dalvin Cook y Alvin Kamara acordaron sus extensiones con sus respectivos equipos.
El primero rubricó por cinco años y 63 millones de dólares –28 mdd garantizados– con los Vikings de Minnesota. El segundo mencionado, extendió su convenio con los Saints de Nueva Orleans por un lustro y 77.1 millones billetes verdes más 15 mdd de bono por firmar, de acuerdo con Adam Schefter e Ian Rapoport.
Este revolución de los pagos para los runningbacks llegaron cuando los Rams acordaron 60 millones de dólares (45 mdd garantizados) con Todd Gurley -quien ahora jugará con los Falcons– en 2018.
Un años después, los Cowboys estiraron el mercado de los corredores, al firmar a Ezekiel Elliott por seis años y 90 millones, 50 de ellos garantizados. El egresado de Ohio State suma cuatro campañas en la NFL, con 5 405 yardas y 40 touchdowns.
Tanto derroche en la posición tras este par de ejemplos, forzó al resto de las franquicias a amarrar a sus estrellas terrestres, como los Panthers que le pagaron 64 mmd (38 mdd garantizados) a Christian McCafffrey, de 24 años de edad, hace unos meses. Joe Mixon, de los Bengals, también renovó por 48 mdd.
Las necesidades de este deporte también provocó que estas posiciones evolucionen para tener mayor dinámica en las ofensivas.
Estos corredores han podido mutar para ser una opción por aire: Gurley, atrapó 218 pases para 2 mil 90 yardas y 12 anotaciones para Los Ángeles en cinco campañas; Elliot tiene mil 619 yardas en 189 recepciones, y ocho TDs; McCaffrey suma, en apenas tres campañas, 303 recepciones, 2 mil 523 yardas y 15 TDs.
Kamara, de la misma generación que el de Carolina, ha atrapado 243 lanzamientos, 10 de ellos en la zona de anotación, para 2 mil 68 yardas.