El mexicano Saúl Canelo Álvarez (56-1-2, 38KOs) y el norteamericano Caleb Plant (21-0, 12KOs), se enfrentarán el próximo 6 de noviembre, en Las Vegas, por todos los cinturones de peso supermedio.
Actualmente, Álvarez es el monarca de la categoría avalado por el Consejo Mundial de Boxeo, Organización Mundial de Boxeo y la Asociación Mundial de Boxeo, mientras que Plant pondrá en juego el título de la Federación Internacional de Boxeo.
Como premio especial, se disputarán el cinturón Teotihuacano, un regalo que el Consejo Mundial de Boxeo y México entregan.
Los cinturones conmemorativos del Consejo Mundial de Boxeo (WBC), del 5 de mayo y 16 de septiembre, fueron creados como un trofeo especial, el cual es entregado al vencedor de grandes peleas celebradas en torno a estas dos fiestas mexicanas, sin importar la nacionalidad de los contendientes.
Este concepto nació en 2017, y cada año se selecciona una cultura mexicana para crear dichos cinturones. Hasta el momento existen ya nueve cinturones presentados oficialmente: Cinturón Huichol I y II, Cinturón Chiapaneco I y II, Cinturón Maya I y II, ; Mazahua y Otomí; y Mestizo.
El décimo cinturón conmemorativo del WBC, con el apoyo del Gobierno del Estado de México, es el Tehotihuacano; y está inspirado en una de las culturas más emblemáticas de la historia. Este fajín es inspirado en la grandeza y majestuosidad de la Ciudad de los Dioses, Teotihuacán y en el poder de Quetzalcóatl.
La pieza es una edición especial hecha por Taller de Obsidiana, firma mexicana de diseño experta en maquila y creación de piezas hechas en obsidiana con un legado de tres generaciones. La elaboración estuvo a cargo de Topacio y Gerardo Cuevas Campos, el artesano Gerardo Cuevas Nájera y la piel y herrajes son obra del taller Cleto Reyes.
El cinturón está compuesto por más de 40 piezas de obsidiana dorada, roca icónica de esta cultura que ayudó a la economía de aquel tiempo. Al centro están dos serpientes encontradas de frente, con dientes de jade. Los cuerpos de Quetzalcóatl forman parte del cinturón con un entramado geométrico haciendo alusión al plumaje que tenía esta deidad.
Los rombos de obsidiana dorada y jade son una geometría que hace referencia a la pintura mural teotihuacana. La pieza tiene detalles de latón, así como la icónica pirámide del sol y de la luna.