El Universal
Cuando hay conflicto en el deporte mexicano hasta de sus enemigos se agarran para defender sus intereses, y así sucedió la tarde del miércoles, cuando federativos que antaño se declararon la guerra y de “rateros” no se bajaban, se juntaron para expresar unidad en contra de la Conade, a la que acusan de injerencia gubernamental. Así, fue curioso ver al presidente de la Federación Mexicana de Beisbol, Alonso Pérez, codo a codo con su homólogo de boxeo, Ricardo Contreras, quien fue el que emprendió la operación para expulsar al teniente del Comité Olímpico Mexicano, cuyas instalaciones volvió a pisar después de varios años. También estuvieron juntos directivos de la Ademeba y la Federación de Basquetbol, quienes se disputan el control de este deporte.
Jaguares teme desbandada
En Chiapas están de plácemes por el gran torneo que han tenido, incluso metidos en la Liguilla. Y a pesar de la falta de pagos, todo ha funcionado y se ha cumplido más allá de las expectativas, y mucho tiene que ver la actuación de los extranjeros: Mathias Vidangossy, Emiliano Armenteros, Silvio Romero y Avilés Hurtado, quienes son objeto del deseo de varios clubes con mayor poder económico que los chiapanecos. Adalberto Palma, director deportivo de Jaguares, pensaba que para el torneo entrante sólo se podían hacer dos altas por equipos, pero al enterarse que se pueden registrar los jugadores que sea, la preocupación le entró, porque por mucho amor que los futbolistas tengan a los colores, más le tienen a los billetes verdes.
Hacen fuchi a Miami
Con todo y que fue un éxito la Serie de las Américas que se celebró en el estadio de los Marlins de Miami, la cual fue conquistada por las Águilas Cibaeñas, en el interior de la Liga Mexicana del Pacífcio (LMP) no les entusiasma la idea de participar en este mini torneo y atraer los reflectores de la prensa estadounidense y caribeña, pues no olvidan el fracaso que tuvo la Serie del Caribe cuando se realizó en esta ciudad en 1990 y 1991. Un año antes de la primera edición y durante la votación de la propuesta, la LMP se opuso a la celebración de la justa y a pesar de ello se llevó a cabo, porque México no tenía ni el poder deportivo ni administrativo con el que ahora cuenta. De esta forma la LMP le seguirá haciendo el fuchi a Miami y sus amantes de beisbol. Ni modo.