El presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach, encabeza el grupo que optó por aplazar los Juegos Olímpicos a 2021 debido al coronavirus, pero ni siquiera él tiene certeza de su realización.
«Hemos establecido el principio de que organizaremos los Juegos sólo si existe un ambiente sano para todos los participantes», dijo, durante una llamada con medios de todo el mundo, al ser cuestionado sobre la posibilidad de que la justa sea cancelada o nuevamente pospuesta.
El dirigente reveló que mañana habrá una conferencia entre el órgano que preside y las federaciones internacionales de las diferentes disciplinas, en la que tratarán de homologar calendarios y dar pie a que se establezca una nueva fecha.
De cualquier manera, en la antesala de su «reunión», lanzó una advertencia contundente: «Los Juegos Olímpicos requerirán sacrificios y compromisos de todos los interesados. Deberán reordenar sus calendarios y habrá un costo adicional para todos los involucrados».
De acuerdo con el mandamás del deporte mundial, la prioridad es que la máxima justa deportiva se lleve a cabo en el verano de 2021, aunque los meses previos no están descartados y «todas las opciones están sobre la mesa».
Para buscar que la magnitud de la afectación por la reprogramación sea lo más baja posible, el COI, en conjunto con el Comité Organizador de Tokio 2020, ha designado un grupo especial cuya misión es coordinar las alternativas más viables.
«Se llaman ‘Here We Go’ (Aquí Vamos) y se están encargando de los tiempos, pero todo necesita consultarse con las federaciones», señaló.
Bach adelantó que, mientras la discusión esté en puerta, obedecerán las recomendaciones emitidas por la Organización Mundial de la Salud, misma que según relató, fue determinante para tomar la decisión de postergar la competencia.
Aunque admitió que la cancelación de Tokio 2020 fue uno de los escenarios que se plantearon por el temor a la propagación del Covid-19, envió un mensaje de aliento a quienes formarán parte, directa o indirectamente, de los intentos por encontrar un nuevo espacio.
«Tokio 2020 en 2021 puede ser una celebración humana tras haberse recuperado del inédito desafío que es el coronavirus. La flama olímpica puede ser una luz al final de este oscuro túnel por el que la humanidad atraviesa en este momento», remató.