El estado de los clavados en México no es tan saludable como las autoridades deportivas presumen.
El lunes por la noche, al calor del momento que produjo la obtención de la cuarta medalla de oro Panamericana, la directora de Conade Ana Gabriela Guevara y la Federación Mexicana de Natación (FMN) destacaron que el país se ubicó en la primera posición del medallero en esta disciplina, pero sin precisar que es la peor participación desde 2007.
Si el problema es el límite de caracteres que permite Twitter, Guevara pudo sumarse a la tendencia de abrir hilos y añadir a su publicación: “Equipo campeón de los Juegos Panamericanos Lima 2019, con un cierre de ensueño culminan su participación, felicidades a todos”, que por segunda edición consecutiva disminuyó en cifra de los oros conseguidos.
La selección mexicana regresa de Perú con el 30 por ciento del total de primeros lugares en competencia. En Toronto 2015 ganó el 62.5%, mientras que Guadalajara 2011 sigue como la mejor actuación, al barrer las ocho pruebas.
Los juveniles Juan Celaya y Kevin Berlín cargaron con el peso de la delegación, al sumar dos preseas de oro cada uno. En el caso de Celaya, ni siquiera entrena en México, lo hace con la Universidad de Louisiana State.
La vieja guardia de los clavados, a la que la FMN respaldó con las plazas panamericanas, desencantó: Paola Espinosa tuvo su peor actuación en la justa continental. También fue la clavadista con menor rendimiento de la selección que asistió a Lima 2019.
Yahel Castillo no clasificó a la final de trampolín 3 metros, donde hace cuatro años México hizo el 1-2 con Rommel Pacheco y Jahir Ocampo, excluidos de los Juegos tras un selectivo a puerta cerrada. En Lima, ninguna mexicana obtuvo oro, situación que no pasaba desde Santo Domingo 2003