La histórica e inolvidable victoria que Sergio Pérez conquistó en el Gran Premio de Mónaco, uno de los circuitos más importantes de la Fórmula 1, lo ha empujado a la pelea por el campeonato de pilotos.
Puede sonar extraño que el mexicano apueste por ser campeón del mundo de la categoría reina del automovilismo, sobre todo por tener enfrente a su compañero de Red Bull el neerlandés Max Verstappen e incluso al monegasco Charles Leclerc (Ferrari), pero los números son fríos y estos ponen a Pérez en esa pelea.
Hay algunos factores que ayudan a reforzar la idea de ver a Checo como el primer mexicano campeón del mundo en la F1.
Una de ellas, la gran temporada que ha mostrado el tapatío sobre el RB18 en este 2022.
Pérez, luego de siete carreras, suma 110 puntos y es tercero en la tabla de los pilotos. El nacido en Guadalajara, Jalisco, está a seis unidades del segundo (Leclerc) y a 15 de Verstappen, que en la Fórmula 1, con una seguidilla de buenos resultados, como lo ha hecho hasta ahora, pueden resultar en una tarea sencilla de alcanzar y superar.
Otra de las situaciones que podría tener a favor Checo en busca de consolidarse con este título, es la siguiente carrera, la de Azerbaiyán, donde ha subido dos veces al podio.
El primero lo hizo con Force India en 2018, ahí acabó tercero; el segundo fue el año pasado, donde consiguió su primera victoria con Red Bull y permitió a Bakú escuchar el Himno Nacional Mexicano.
Es cierto que la campaña es joven y que los punteros tratan de cometer la menor cantidad de errores, pero el mexicano y su equipo han logrado una fórmula para aprovechar cuando del otro lado se equivocan (para muestra lo de Montecarlo con Ferrari).
Por lo tanto, Checo Pérez tiene sobre su monoplaza la posibilidad de buscar el título de pilotos, el de constructores y más ahora que ha firmado hasta el 2024 con Red Bull.