El taekwondoín Carlos Sansores afrontó este ciclo olímpico con un único compromiso: Regresar de los Juegos de París con una presea, porque se siente en deuda con la nación.
“Me gusta decretar lo que quiero; no por mí, sino por México, por esa espinita que tengo de darle esa alegría al país de estar en el podio”, comentó, en entrevista exclusiva con EL UNIVERSAL Deportes.
Ese objetivo surgió tras su participación en Tokio 2020, donde fue eliminado en la primera ronda, lo que significó romper una racha de cinco justas en las que el taekwondo había aportado preseas al medallero.
“No sé el color, pero quiero ir por esa medalla. Sí o sí [me veo en el podio]. La voy a decretar, porque —a final de cuentas— es lo que quiero para México y estoy trabajando todos los días [para eso]”, expresó.
El originario de Chetumal reconoció que caer ante el croata Ivan Sapina en el debut olímpico fue medular en su carrera.
“La derrota en Tokio 2020 fue la más significativa para mí. Después de eso, viví lo que puedo ver como una depresión deportiva. Tal vez, la gente piensa que no lo di todo, pero sí lo di. Esa derrota marcó un antes y un después en mi mentalidad”, afirmó.
Carlos contó que, en estos tres años, así como entrenó físicamente para ser campeón (2022) y subcampeón (2023) mundial, además de conquistar el oro en los Juegos Panamericanos, también reforzó su salud mental, clave en cada triunfo.
“Gano y me quito la medalla, la guardo. Que la gente disfrute de esa gloria, mientras yo sigo trabajando como si no hubiera ganado nada, para volver a tener [el hambre] de gloria”, compartió Sansores.