Ha vuelto a su casa boxística porque no hay mejor escenario para protagonizar la dorada página que hará incuestionable su legado. Eso explica la sonrisa que irradia Saúl Álvarez (56-1-2, 38 KO’s). Hace casi un año, previo a medirse con Callum Smith en el Alamodome de San Antonio Texas, el Canelo reveló su nuevo gran sueño: ser monarca indiscutido de los pesos supermedianos, algo que ningún púgil mexicano o latinoamericano ha logrado.
Se llevó los cetros del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) y la Asociación Mundial (AMB) al derrotar a Smith; el 8 de mayo, se quedó con el de la Organización Mundial (OMB) tras noquear a Billy Joe Saunders en el estadio AT&T de Arlington, Texas.
Sólo le falta el de la Federación Internacional (FIB), en poder de Caleb Plant, a quien enfrenta mañana en la Arena del MGM Grand Garden, donde no pelea desde el 2 de noviembre de 2019, cuando superó al ruso Sergey Kovalev, para quedarse con el fajín semipesado de la OMB.
Ahora va por un reto mucho mayor, algo que solamente cinco boxeadores han logrado en la historia. El Canelo quiere apuntar su nombre en esa exclusiva lista, y terminar de callar a los críticos que todavía cuestionan su evolución boxística