El Universal
Desde que comenzó a combatir de manera profesional, la principal constante que tenía la carrera de Caín Velásquez eran los triunfos. A 10 años de su debut en las artes marciales mixtas, el peleador de origen mexicano se encuentra sumergido en repetidos periodos de inactividad, debido a las lesiones que sufre durante los entrenamientos y que busca no repetir.
A principios de este año, Velásquez se vio obligado a cancelar la revancha que sostendría contra el brasileño Fabricio Werdum por problemas en un disco de la columna vertebral. Una lesión más a la lista del ‘Brown Pride’, que en los últimos 32 meses apenas suma un combate y fue la derrota que le propinó Werdum en la Ciudad de México cuando le arrebató el cinturón de los pesados de la UFC.
De cara al pleito del próximo 9 de julio en contra del estadounidense Travis Browne, Caín determino junto a su equipo disminuir el número de rounds de sparrings que hace, para bajar el porcentaje de riesgo.
La historia de cancelar una velada es una situación que Caín Velásquez ya no quiere protagonizar.
“Hacer sparring tres veces a la semana ya no es tan beneficioso para mí como lo es para alguien que apenas va entrando al deporte. Creo que si reduzco el sparring a dos días a la semana, tal vez con un día menos todo estará bien. Es mucho tres días con golpes”, señaló Velásquez.
El tiempo que Caín se mantiene alejado del octágono y del gimnasio es casi una tortura para el peleador, que desde su juventud es un atleta de alto rendimiento, por lo que pasa los días enfocado con su familia y viajando en motocicleta, su pasatiempo favorito.
“Mi familia es lo más importante para mí. Pasar el tiempo con ellos me ayuda a distraerme y no pensar tanto en las semanas que llevo fuera de entrenar. Yo sé que voy a ser campeón otra vez, pero mi cuerpo tiene que estar bien, entonces mientras no entreno, la ventaja que tengo son las horas que puedo estar con mi familia”, sostuvo el ex campeón de los pesados de la UFC.
Respecto a su rival, Travis Browne, Velásquez señaló que es un peleador de alta peligrosidad por la potencia de sus patadas.
“Es un peleador alto [2 metros], que recurre mucho a sus patadas, que son muy duras. Yo voy a tratar de hacer mi lucha, aunque con precaución porque ahí también es muy difícil”, concluyó Velásquez, que espera recuperar el fajín de la UFC a Finales de este año.