El gobierno local de Victoria dictaminó una cuarentena obligatoria, por lo que se cerraron las puertas del Australian Open, aunque los jugadores continuarán con el primer Grand Slam de la temporada.
Sin embargo, el certamen ya no contará con aficionados, debido a las indicaciones de las autoridades del estado donde se encuentra Melbourne, ciudad sede del evento, en respuesta a un brote de Covid-19 en un hotel.
Daniel Andrews, el premier de Victoria, comunicó una cuarentena de cinco días en todo el estado, que comienza un minuto antes de la medianoche del sábado, hora local, bajo nuevas restricciones que restringen a los residentes a sus hogares, excepto al trabajo, para comprar suministros esenciales, atención o cuidado, y ejercicio limitado.
Los aficionados que llegaron a Melbourne Park el viernes antes del anuncio recibieron instrucciones en las puertas de entrada para mantener el distanciamiento social, aplicarse desinfectante en las manos y ponerse cubrebocas.
Con la agenda llena para la jornada de este viernes, que incluye al serbio Novak Djokovic, los fanáticos podrán ingresar al Melbourne Park. Los aficionados podrían, en caso de que las autoridades lo decidan, volver para los cuartos de final o semifinales del Australian Open.