Es una costumbre que atletas africanos de medio fondo y fondo, ya sea kenianos, nigerianos, cameruneses, entre otros, vengan a México a participar en las distintas carrera que se organizan y ganarlas.
El problema es que últimamente se han quejado de que no les pagan, o no completos, los premios en efectivo que deben recibir, lo que es un verdadero problema para ellos, pues es de lo que subsisten.
La cuestión es que no saben a quién recurrir para cobrar: a los organizadores, a los Gobiernos de los estados, que muchas veces auspician estas competencias, o a la Federación Mexicana de Atletismo, que da su aval.