Tom Brady se presentó como quarterback de los Buccaners de Tampa Bay y dejó un sabor amargo a aquellos que se ilusionaron con su llegada a la Florida o que lo siguieron tras su partida de Nueva Inglaterra.
Los Saints de Nueva Orleans, Drew Brees y Sean Payton le dieron la bienvenida a la Conferencia Nacional al veterano ganador de seis Super Bowls, al triunfar 34-23, en el primer domingo de la temporada 2020.
Se acabó el cerebro de Bill Belichick y la asistencia de Josh McDaniels. La responsabilidad de sacarle lo mejor que le quede al pasador de 43 años de edad es Bruce Arians y el coordinador ofensivo Byron Leftwich.
Brady se estrenó con un touchdown terrestre, al empujar su línea una yarda para sus primeros puntos al frente de los Bucs; sin embargo, no tardó en lanzar su primer intercepción. Para el segundo cuarto, el egresado de la Universidad de Michigan no pintó y los Saints se fueron encima 17-7 antes del descanso.
Para el tercer episodio, el QB de 43 años de vida soltó el brazo y provocó otra intercepción, ahora con anotación incluida en contra. Un error claro de Brady, quien se llevó las manos al casco, consciente de su equivocación.
Tom reaccionó con un pase de TD, su primero para Tampa Bay, pero sus equipos especiales no lo ayudaron y le regalaron el ovoide a los Saints. Para el último cuarto, con una desventaja de 34-17, lanzó otro balón a la zona de anotación, sólo para decorar el marcador.
Payton agotó el cronómetro y le pegó a la nueva estrella de la Florida su primera derrota fuera de los Patriots, que ganaron –con Cam Newton en los controles– sobre Miami (21-11).
Brady cerró el duelo con 239 yardas, 23 pases completos (63 por ciento de efectividad), dos pases de TD y un par de intercepciones.