Salvar el proyecto de la Arena López Mateos, para que siga siendo un espacio dedicado a la lucha libre profesional no es un trabajo sencillo. Conforme avanzan las semanas ese deseo pierde fuerza, luce más cercano a la nostalgia y al romanticismo, que a una realidad trastocada por la pandemia del coronavirus.
Aunque no todo está perdido, poco más de 24 mil pesos recabados a través de una campaña de fondeo en una plataforma digital reviven la esperanza. No de salvar a la López Mateos, sí, de darle una oportunidad de respirar y abrir una vez más para seguir dando la batalla.
La alternativa se traduce en una función a puerta cerrada que pueda generar dinero, no a través de donaciones, sino como un concepto de pago por evento que eche andar de nuevo al recinto enclavado en el municipio de Tlalnepantla, donde al igual que en la mayor parte de México, la opción de organizar eventos se reduce a realizarlos a puerta cerrada.
Héctor Guzmán, dueño y promotor en la López Mateos sabe que las formas de sobrevivir se reducen. «Lo que se ha reconocido con la campaña de fondeo es que la gente no tiene mucha oportunidad de donar algo. En lo personal he buscado algunas opciones para conseguir un tipo de patrocinio, pero la realidad es que esta situación a todos nos ha estado pegando, algunos han cerrado, otros han reducido el gasto al máximo para soportar la contingencia. No hay quién pueda ayudar».
Él y su familia se niegan a rendirse, aunque sabe que la cuenta de protección acecha al proyecto que está por cumplir 53 años, pero sigue de pie y así fue como encontró una nueva puerta para esquivar la crisis.
«He estado en contacto con las autoridades para poder realizar algo interno, las llamadas funciones a puerta cerrada. De hecho, la Comisión de Boxeo y Lucha Libre del Estado de México ya está realizando un protocolo sanitario para realizar este tipo de eventos. La propuesta está en la mesa, ya algunos lo han hecho, con distintos resultados, pero para nosotros representa una buena oportunidad para poder resurgir en la arena López Mateos, con un pago por evento».
Su voz cambia de tono, se escucha más optimista, ligada a la apuesta de jugarse la última carta. Y lo hará. «Muchos luchadores nos han dicho que están dispuestos a no cobrar tanto, lo que quieren es tener un ingreso y además poder realizar la actividad que es parte de su vida. Es algo que podremos dar a conocer en los próximos días».
Aunque de inmediato jala el freno de mano y pide cautela. «La afición y conocidos nos dicen que hagamos lo que sea para no cerrar el espacio a los eventos de la lucha libre, pero como familia, y siendo nuestro patrimonio, sabemos que este negocio va a tardar al menos un año en recuperarse en todos sentidos, y por ende, si la arena no da para más allá de los gastos mínimos, se pensará en otro tipo de negocio. Sabemos lo que significa este lugar para la lucha libre y la afición, pero sí está latente la posibilidad de cerrar un ciclo».
A seis días de que termine la campaña de fondeo en ‘Donadora.org‘, la meta de poco más de 100 mil pesos es imposible, si acaso, se reunirá un veinticinco por ciento, dinero que ayudará. «Esperemos que llegue más. Lo que vamos a reunir nos ayudará a sostener los gastos básicos de operación de la arena, vamos a estirarlo lo más posible. Nos ayudará para darle mantenimiento al lugar y lo más pronto posible hacer un evento que nos indique hacia dónde podemos llegar en un futuro».