Anthony Joshua retuvo sus cetros de los pesos pesados, al noquear en el noveno asalto a Kubrat Pulev, lo cual dejó prácticamente pactado un duelo británico entre el monarca y Tyson Fury.
De imponerse ante Fury en esa contienda, Joshua sería el campeón indiscutible de la máxima categoría del boxeo.
Joshua había derribado ya en tres ocasiones a Pulev, quien se mostró valiente, pero careció de variantes sobre el cuadrilátero. Dos de esas caídas llegaron en el tercer asalto.
En el noveno, el británico descargó un derechazo que envió
al búlgaro de 39 años de edad otra vez a la lona. Pulev no pudo levantarse en esta ocasión, y Joshua levantó el puño derecho para comenzar el festejo.
Tras meses de boxeo en recintos vacíos dentro de Gran Bretaña, se permitió el ingreso de unos mil espectadores —un número limitado que incluyó al astro retirado Floyd Mayweather— en la Wembley Arena, para atestiguar el triunfo del local.
Joshua defendió por primera vez con éxito los títulos de la AMB, FIB y OMB que recuperó en diciembre de 2019, gracias a una revancha contra el mexicano Andy Ruiz Jr.
Ahora que ha doblegado al retador obligatorio, Joshua puede concentrarse en el monopolio de los cinturones. Algo que no se observa en la categoría de los
pesados desde 1999, cuando el amo y señor era otro británico, Lennox Lewis.
Joshua, de 31 años de edad, tiene un récord de 24 victorias, de las cuales 22 son por nocaut, y una sola derrota. Pulev, apodado Cobra, sufrió el segundo descalabro de su carrera