Al Calor Deportivo

Andre de Grasse, el nuevo monarca de los 200 m planos tras la era de Usain Bolt

De pronto, encontrar a la próxima estrella de la velocidad no era tan complicado. Se llama Andre de Grasse, el canadiense que disputó su primer sprint con pantalones de baloncesto y spikes prestados, y que ahora ostenta la medalla olímpica de oro en los 200 metros. De Grasse dejó atrás a un par de estadounidenses —Kenny Bednarek y el favorito Noah Lyles—, para cronometrar 19.62 segundos y llevarse uno de los títulos que Usain Bolt conquistó en los últimos tres Olímpicos.

También puso fin a una sucesión de agónicas derrotas del velocista de 26 años de edad, completando una colección de medallas a la que le faltaba el oro. No sorprendió que se pusiera a llorar tras la prueba. “Es la primera vez que me pongo tan emotivo en la pista”, dijo De Grasse. “Siempre me quedaba corto, ganando bronce y plata, así que es muy satisfactorio poder adueñarme de la medalla de oro. Nadie me la podrá quitar”.

Cuatro noches atrás, el estadounidense obtuvo el bronce en los 100 metros, luego de su tercer puesto en Río de Janeiro. También atrapó la plata en los 200, aunque su estadía en Brasil es más recordada por su audacia de provocar a Bolt. Era una semifinal y los dos se habían despegado por mucho del resto, para clasificarse fácilmente a la carrera por el oro. Pero De Grasse siguió apretando la zancada. El jamaicano no tuvo otro remedio que acelerar.

 

Bolt ganó la carrera y, de manera jocosa, le señaló con su dedo —diciéndole que no— a De Grasse. Fue un momento viral. Usain insistió luego que no le había causado tanta gracia. Volvió para la final y le dio una soberana paliza al canadiense, con casi un cuarto de segundo de ventaja. El campeón sostuvo que el gasto de energía socavó su fallido intento por romper el récord mundial de 19.19 segundos.

El jamaicano se retiró y el mundo del atletismo busca con desesperación  a alguien que ocupe ese sitio en las pruebas de marquesina de la velocidad. El italiano Marcell Jacobs salió de la nada para llevarse los 100 metros en Tokio, dejando atrás a De Grasse, en la que usualmente es su segunda mejor distancia. Al fin llegó el turno para que el canadiense se cubriera de gloria. Se trata de su primer oro en una gran cita, luego de amasar dos platas y seis bronces en Juegos Olímpicos y Mundiales desde 2015.