La pasión con la que el presidente Andrés Manuel López Obrador se refiere al beisbol no se queda solamente en los micrófonos, y aunque su apretada agenda probablemente lo ha alejado del diamante, durante la inauguración del salón de la fama en Monterrey recordó sus mejores momentos en la caja de práctica de bateo.
No extraña que muestre buena técnica para conectar con la pelota o como él mismo lo dijo en algún momento: «macanear». Al primer mandatario era común verlo jugar con el equipo de sus amigos en la Liga Tranviaria ubicada en Iztapalapa. Algunos de esos personajes que lo acompañaban eran Alfredo «Zurdo» Ortiz, uno de los mejores lanzadores de la Liga Mexicana, y Martín Terrazas, quien fuera catcher de los Tigres y padre de Iván Terrazas (actual capitán de los Diablos Rojos del México).
Junto con otros amantes del beisbol, AMLO se reunían para jugar los lunes con diferentes rivales. Claro que a muchos de los peloteros de los otros equipos, les sorprendía ver al político tabasqueño con el uniforme y la pregunta era inminente: «¿Jugará bien o solamente porque son sus cuates?».
Después de las primeras entradas se le veía que eso de jugar al Rey de los Deportes no era de un par de años atrás, sino de muchas horas diamante, desde su tierra en Tabasco.
Diestro para lanzar y batear, cubría la tercera base con el arrojo que se necesita para estar en esa posición. Y en la esquina caliente, en alguna ocasión le tocó recibir una dura línea que cortó con un movimiento rápido para sacar un out de gran calidad. Después, al momento de batear, buscaba conectar, poner la pelota en juego para mantener su promedio… Por supuesto, siempre pendiente de las estadísticas.
Fanático de los Cardinals de San Luis de las Ligas Mayores, López Obrador ha manifestado su admiración por peloteros como David Ortiz,quien jugó con los Red Sox de Boston, a quien en alguna ocasión tuvo la oportunidad de conocer.