Dos años han pasado desde la noche en que Akuma perdió la incógnita en la Arena México. Un golpe del que supo reponerse, para no quedar en el anonimato.
Renovado, su personaje ha encajado más en el público, sobrevivió a la transición de perder y hasta se benefició, ahora oculto tras una capa de maquillaje.
«Es la barrera entre el personaje y la persona, se mantiene la incógnita y puedo pasar desapercibido, con él te empiezas a transformar. La primera vez sin máscara me sentía desnudo y el maquillaje me ayudó a superar ese nerviosismo. Me ha servido para que la gente me ubique mejor”, comparte el luchador rudo.
Alejado por ahora de las arenas debido a la pandemia, acepta que el tiempo parado lo ha hecho reflexionar sobre su futuro. «Toda ambición de un luchador es poder crecer en los planos estelares, el personaje a estas alturas ya está madurando y quiero tener un gran encuentro, enfrentar ya a los de arriba, romper esa barrera».
Trascender e ir más arriba, aunque en el camino tenga que superar a sinodales del tamaño de Euforia, Carístico, a Místico, al Valiente. «Junto a la ‘Ola Negra’ buscamos ofrecer un estilo diferente. Ir siempre hacia adelante, no tener piedad, seguir sobre los rivales y demostrar que podemos con quien sea, lo que le hace falta es esa oportunidad para caer más en el gusto de la gente, tenemos una muy buena conexión con ellos. El punto es hacer ruido».
Sin un panorama claro acerca de cuándo podrá volver a los encordados, Akuma no pierde de vista los retos que la pandemia postergó. «Nos queremos sacar la espinita porque una semana antes de la pandemia estábamos contemplados para ir por el campeonato de parejas de la Arena Coliseo. Pensar en más a futuro es complicado, ahora las cosas están funcionando como la ‘Ola Negra’, pero si llega la posibilidad de destacar de forma individual, no la voy a desaprovechar».