Los aficionados mexicanos tuvieron su última oportunidad de presenciar al británico Jim Clark en el apogeo de su carrera en el Gran Premio de México de 1967, cuando obtuvo la pole position por cuarta vez en el país.
Clark ganó con facilidad una vez más en la pista de la Magdalena Mixhuca, impulsado por el legendario motor Ford Cosworth V8, pero seis meses más tarde, el escocés dos veces campeón del mundo (1963 y 1965) perdería la vida en una carrera de Formula 2 en Alemania.
El británico se estrelló contra unos árboles en el circuito de Hockenheim después de que su coche se saliera de pista sin una razón específica.
Esa fue una noticia muy penosa para la afición mexicana, que se encariñó con el piloto, pues conquistó el Gran Premio mexicano en 1962 y 1963; en lo que fueron las primeras dos versiones de la carrera, siendo la primera una competencia de exhibición ya que los puntos no contaron para el campeonato de dicho año.