HOUSTON, EU., febrero 3 (EL UNIVERSAL).- Aunque es un fanático de corazón de la NFL y los Acereros de Pittsburgh, Don Juan Manuel Carrillo prefirió mejor traicionarse a sí mismo que a la familia.
En un esfuerzo y gasto considerables, el restaurantero de 55 años de la colonia Tlalpan prefirió traerse a toda su familia para ver y disfrutar del Super Bowl LI aunque sea de lejitos, que juntar ese dinero, comprarse un boleto para él solito y verlo en el NRG Stadium en vivo y a todo color.
«No, manito. Primero lo primero y para mí lo primero es y siempre será la familia», asegura recién aterrizado en esta ciudad, donde el domingo disputarán la final de la NFL los Patriotas de Nueva Inglaterra ante los Halcones de Atlanta.
«Creo que, por experiencia, van a ganar los Patriotas, aunque sentimentalmente voy con los Halcones. Va a estar apretado, pues ambos vienen de apalear a sus rivales (Pittsburgh y Green Bay)”.
Ah, pero eso no es todo, pues su cariño por sus hijas María José y Blanca Paola es tanto, que a esta última le perdona que le vaya a los Vaqueros.
«Sí, es como si ella le fuera al América y yo a las Chivas, a las cuales sí les voy, eh. Pero qué quieres, no se puede todo en esta vida», comenta orgulloso.
Así, Don Juan Manuel, sus hijas y su futuro yerno (dice, aunque falta ver qué dice Blanca), salieron del Aeropuerto Internacional George W. Bush en busca de la adrenalina que les depara la NFL Experience el fin de semana en esta gran ciudad, «La casa del Super Bowl LI», como la anunció el piloto del vuelo que lo trajo aquí.