Tengo la sensación de que vivimos en un mundo en el que se habla mucho del amor pero lo negamos, continuamente, en nuestros comportamientos y acciones” (López, 2012, p. 134).”
Estamos en constante búsqueda de nuestra humanidad, pues se nos ha extraviado entre los rincones de la desigualdad, la discriminación y la exclusión social. Por lo cual, hablar de inclusión va más allá de la moda o vanguardia constituyendo como una verdadera necesidad para reconocer y hacer valer los derechos de todos.
Uno de los grupos vulnerables, en términos de exclusión social, es el de las personas con discapacidad.
¿Qué es la discapacidad? Actualmente, la CIF (Clasificación Internacional del Funcionamiento de la Discapacidad y de la Salud), ha adoptado un modelo social para definir a la discapacidad, estableciendo que ésta es “un complicado conjunto de condiciones, muchas de las cuales son creadas por el contexto/entorno social” (OMS, 2001, p. 22).
Somos el resultado de una mezcla heterogénea; con matices y diferencias que a lo largo de la historia han sido difíciles de entender, pero que a la vez nos enriquecen como humanidad. Estamos en el camino de volvernos una sociedad más consciente, por lo que es necesario comprender que la inclusión es un proceso, una interminable búsqueda de la comprensión y respuesta a la diversidad en la sociedad, demos ver a la discapacidad como una característica y no como una limitante.
La inclusión es aprender a vivir, aprender y trabajar juntos como seres humanos; es compartir las oportunidades y los bienes sociales disponibles.