CIUDAD DE MÉXICO, octubre 21 (EL UNIVERSAL).- Chivas estuvo cerca de lograr una gran hazaña contra las Águilas del América. Los Rojiblancos rechazaron el papel de víctimas y tuvieron a los capitalinos controlados durante casi todo el partido del pasado miércoles. Sin embargo, los tapatíos demostraron también que están muy lejos de aquel nivel que les permitía superar equipos de renombre para conseguir valiosos triunfos: perdonaron y cayeron en menos de dos minutos de despertar azulcrema.
Guadalajara se encuentra en la última posición con tan solo nueve unidades conseguidas, resultado de seis derrotas, seis empates y una victoria. Fue en la primera jornada del Apertura 2017 que ocupó el lugar más alto en la tabla de posiciones… en aquella ocasión se ubicó en la décima posición. Desde entonces, lo que parecía una comprensible «campeonitis» se convirtió en un severo alud; a estas alturas del torneo poco queda de aquel equipo aguerrido que consiguió el bicampeonato, y a falta de las tres últimas jornadas deberán pensar ya en recuperar su mística aguerrida rumbo al próximo año. Ocupan, además, la posición 15 en cuanto a ataque y defensiva de toda la liga.
Por su parte, Veracruz sigue luchando en el sangriento drama del descenso. A pesar de la urgencia de puntos, los dirigidos por José Saturnino Cardozo son la segunda peor ofensiva de todo el campeonato, con tan solo 10 goles marcados. El irregular paso de los Tiburones no les ha permitido superar la posición 8 y, por el contrario, han navegado en las aguas más profundas, solo por encima de los Lobos BUAP en la tabla de cociente.
Con la liga perdida y el fracaso consumado, los de Guadalajara buscaran levantar su juego rumbo al próximo torneo. Este domingo visitarán al Veracruz, en un partido que podría dar indicios de cómo encararan los jaliscienses la última parte del año: como el equipo que casi gana el clásico o como el posible peor campeón defensor en la era de liguillas.