Al Calor Deportivo

Buscará Jorge Salazar escalar montaña en Nepal

El veracruzano Jorge Salazar Gavia, montañista que ha sumado diez expediciones a la cordillera del Himalaya, visitó las oficinas del Instituto Veracruzano del Deporte, donde platicó su experiencia en las montañas más altas del mundo.

“Inicié desde muy pequeño con ese gusanito de subirme a los lugares altos, siempre me ha gustado ver como se aprecia el mundo desde arriba, como se ven las ciudades, los pueblos, el campo, por eso es que también me gustan los mapas, ver prácticamente el mundo desde otra perspectiva, esta pasión me ha llevado a desarrollar mejor mis puntos de ubicación, por lo siguiente a facilitar mi escalada”.

El originario de Xalapa viajó por primera vez al Himalaya en el 2003, subiendo una montaña de 8200 metros de altura, esto después de haber conquistado algunas montañas en Perú y Rusia. “Esta primera ocasión en el Himalaya era una incertidumbre, el montañismo es el autoconocimiento, saber cómo tu cuerpo se aclimata, saber cómo te mueves, incluso tu espiritualidad, como poder concentrarte y ver qué hacer para subir una montaña de más de ocho mil metros, poco a poco tu mismo cuerpo y mente te irán diciendo que tan alto podrás llegar, ya que en ocasiones tu cuerpo no resiste”.

En su visita al IVD en donde fue recibido por el director Víctor Iván Domínguez Guerrero, a quien agradece la confianza por el respaldo para lo que será su próxima hazaña en las montañas más altas del mundo.

 

Salazar Gavia narra “En el Himalaya es muy normal el ver gente que se le congelan los dedos de las manos, pies, nariz, mentón, al igual que hay personas que tienen edemas cerebrales por la falta de oxígeno, y eso lo vemos en su caminar y como se quedan quietos por largo tiempo.

Y agrega “Debemos entender que en la cordillera del Himalaya a partir de los siete mil metros de altura comienza la zona de la muerte, porque a partir de ahí el oxígeno se reduce hasta un 30% del que se respira a nivel del mar, entonces esto hace que el hilo entre vida y muerte sea muy delgado, por lo que todo debe de ser muy calculado, el cómo te mueves, y luego como te vas adaptando, donde en lo particular puedo decir que me adapto rápidamente a la falta de oxígeno, pero en esa primera ocasión nos tocó ver a un australiano y un japonés, los cuales fallecieron”.

Recuerdo estar en el campamento cuatro, a poco más de siete mil metros, previo a la cima, entonces estos compañeros salen, y las condiciones no eran las mejores, había una tormenta, por lo que a mí me dijeron que no fuera; los dos montañistas se arriesgaron a subir. Ya al día siguiente aún no habían bajado, luego los vimos que venían pero con pasos torpes y cayéndose, se veía que traían un edema cerebral”.

“En ese momento le comenté a otro de mis compañeros que mandara a un sherpa (pobladores de los himalayas) para ayudarlos, él me contesta con un rotundo no, que no tenía por qué mandarlo, que las decisiones que uno tome debes responsabilizarte y afrontarlas, así que si deben morir, pues tendrán que hacerlo, lo que significó un choque emocional, pero con mucha verdad, ya que esto también es aplicable a la vida diaria”.

El montañista abundó “Al regresar a México pude platicar con mi familia de esta situación, recuerdo que mis padres lloraban por lo que les platicaba, pero te vas dando cuenta que el Himalaya es la naturaleza en su máxima expresión, los deportes extremos que hagas en la naturaleza no solo es la competencia contra otro individuo, la naturaleza se va a enfrentar a ti y esto te dará un autoconocimiento muy fuerte, te sacará lo mejor y peor de ti, verás que la ley de la vida es muy simple, y entenderás que no solo desafías a la naturaleza, si no que a ti mismo”.

Sobre la importancia particular de alcanzar la cima comentó “He aprendido que el objetivo principal de una expedición de este tamaño no es la cumbre, es regresar a casa, ya que a lo largo de diez expediciones he visto infinidad de muertes, edemas, personas congeladas que pierden partes del cuerpo, experiencias fuertes que te hacen pensar en lo importante de la vida”.

Finalmente, el veracruzano va por más montañas y récords personales “Sigo con el proyecto de alcanzar las catorce cumbres de ocho mil metros, hasta ahora solo las tiene Carlos Carsolio, en México, y a nivel Latinoamérica también el ecuatoriano Iván Vallejo, de ahí no hay nadie más que tenga esta cifra, y tengo entendido hay dos mexicanos más intentando, pero ellos lo hacen con oxígeno suplementario, por lo que es menos complicado.

“Sigo trabajando en todos los aspectos para cumplir este reto, hay que ir fuera porque en México no contamos con montañas tan altas, nada comparado con una cordillera como los Andes en Perú, Chile, Bolivia, donde te metes a una montaña y no estarás cinco, seis horas, uno o dos días, vas a estar semanas completas; y cierro con un dicho que me gusta mucho, y dice que donde terminan todas las montañas del mundo, comienza el Himalaya”.

Salazar Gavia espera comenzar la expedición en el mes de septiembre y octubre, misma que será a la montaña Dhaulagiri, con la altura de 8145 metros, para lo que el veracuzano se encuentra trabajando con patrocinadores y demás apoyos para seguir logrando estas hazañas que llenan de orgullo a la gente de Veracruz y México