Es extraño para María Bárbara Wetzel estar lejos de los aparatos de gimnasia y de sus compañeras. Pero la pequeña gimnasta artística con Síndrome de Down y campeona mundial es responsable ante la pandemia de coronavirus, no deja de practicar lo más elemental desde su casa, en Coatzacoalcos, Veracruz.
Además, es optimista porque no hay más felicidad para ella que estar junto a su madre.
«Estamos muy bien, feliz por trabajar en casa, haciendo mucho deporte. Haciendo sana distancia, poniéndonos gel, lavarse las manos, comer saludable. Extraño los aparatos, las barras y a mis compañeros. [Antes de la pandemia] he mejorado mucho, en [modalidades de] piso, barras paralelas domino la salida, en piso me sale el mortal de frente.
«[Por el Día de las madres] le haré fiesta. A mi mami la quiero mucho, siempre me ayuda. Me emociono mucho [cuando me mira competir]», expresó para EL UNIVERSAL Deportes.
Pero consciente de la situación sanitaria, ‘Bibi’ Wetzel, junto a su madre, se dedica a una campaña para dar a conocer el servicio de diversos restaurantes a domicilio y también para recolectar materiales que sirvan a los ingenieros de la ITESCO a elaborar mascarillas y otros aparatos útiles en la lucha contra el Covid-19.
«‘Yo amo a Coatza’, es mi campaña para ayudar a los restaurantes, los restaurantes donan materia prima, los damos a los chavos de ingeniería en mecatrónica, hacen mascarillas. Me hace sentir feliz el ayudar a otros», agregó la gimnasta artística de 16 años de edad, quien no pierde la esperanza en que los Juegos Trisómicos de Turquía anuncien nueva fecha, ya que el certamen -que son los Juegos Olímpicos para deportistas con Síndrome de Down- fue retrasado por la contingencia sanitaria.