En emotiva ceremonia celebrada en días pasados, fue inaugurada formalmente la Escuela de Futbol infantil y juvenil, “Atlético Naolinco”, de esa cercana población, en la nueva cancha de pasto sintético denominada “Las Cascadas”, con la presencia de distinguidas personalidades, así como de los exjugadores profesionales, Cesar Villaluz y Víctor Gutiérrez; el plus con la presencia de la mascota popular “Chango”.
Se contó con la asistencia de Aquilino Rodríguez, alcalde electo de Acatlán; de Miahuatlán, Héctor Oscar Suárez Sánchez; el subdelegado de la Zona Centro de la Cruz Roja Mexicana, Antonio Limón Cházaro; Carlos Belli González, con la representación de la oficina de Política Regional del Gobierno del Estado; Ana Laura Márquez, sindica electa del Ayuntamiento de Naolinco; Clara Idalia Cruz Pimentel quien es directora del Hospital Regional de la Secretaría de Salud.
También estuvo presente el doctor Yanga Melgarejo Ortiz, un personaje, inmiscuido en el deporte desde hace muchos años, además de que fue ex jugador de basquetbol y futbol, ex-titular de la DADUV y de la Subdirección de Cultura Física del ayuntamiento de Xalapa; el comandante Irán Huesca Martínez, comandante de la Cruz Roja de ese sitio, otros invitados especiales.
Los invitados, se encargaron de cortar el listo, con el cual, abrió sus puertas la cancha de las Cascadas y la apertura oficial, de la escuela de futbol Atlético Naolinco; las personalidades, también fueron invitadas a dar la patada inaugural, en el centro de la cancha con la participación n de los porteros de los equipos infantiles, en tanto que el Chango, hizo las delicias del público asistente, fungiendo como maestro de ceremonias, el profesor Ariel Ortiz.
Como coordinador del evento, el Técnico Radiólogo, Eduardo Alberto Arellano Faibre, quien por cierto antes de asistir a la apertura de la escuela también inauguraron la sala audiovisual, de la Cruz Roja Mexicana, delegación Naolinco, y proyectaron un video, dando a conocer los servicios que prestan en ese lugar y la región, además de presentar al personal, que presta sus servicios en la institución de beneficencia pública.